El presente documento busca responder cómo se originael populismo y su impacto en la representación política del Ecuador. Por ende,se proporciona información que parte por revisar los datos que la historiapresenta sobre esta forma de gobierno.  Por otro lado se buscará determinar ladefinición del populismo, la información que se presenta al respecto en laregión, relacionar cómo la utopía se exhibe en estas formas de gobiernos comoalcanzables por medio de la lucha social; para finalmente comprender por mediode este marco teórico cómo extrapolan las línea populistas en los gobierno deEcuador, a partir de Velasco Ibarra hasta Rafael Correa; presentando en este contexto”utopías” sobre las que se busca siempre construir un nuevo Ecuador. En este contexto, un autor central para el análisis dela situación parte en la revisión de la literatura que Ernesto Laclau quien harealizado por medio de la investigación “La razón populista” (2005).

En esteanálisis, el autor dedica diversos capítulos en analizar las tendencias y losdiferentes momentos del populismo, pasando de Mao a Berlusconi, entre otros; elobjetivo principal de la revisión que realiza este autor, es extrapolar “elpopulismo”, como una lógica que subyace en la historia y geografía del mundo. En este sentido, se asienta otra perspectiva deconstrucción estructural, donde se procede a construir un sistema basado ensentido colectivos, recursos teóricas e ideas sobre las demandas nosatisfechas, para reorganizar y replantear la construcción de una identidadpopular. Una propuesta que rompe y visualiza antagónicamente, a la revisión dela literatura de este documento; ya que finalmente, lo que este autor platea esal populismo como una forma de demanda social necesaria para procesos decambio, asentando una visión más positiva. Por medio de este marco, el texto pasa finalmente arevisar el contexto del desarrollo de Ecuador. De forma general de abarcan losperiodos de Velasco Ibarra, Jaime Roldos, Abdlá Bucaram, entre otros, pararevisar el discurso populista asociado a la necesidad de responder a demandasde inclusión y equidad.

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  1.     Estadodel Arte El populismo es un discurso que muestra el enfrentamientoentre las clases dominantes y dominadas como si fuera una lucha entre la moraldel bien y el mal. El líder populista se convierte en el mesías salvador delpueblo, mientras que los contrincantes, son la encarnación de los problemas dela nación.  En este sentido, el líder muestra ser uno más, unapersona común, un amigo que el pueblo necesita, hasta convertirse en una figuraesencial y extraordinaria. El populismo se basa en la movilización desde arriba(Roberts, 2008).  La participación popular también se encuentra presente eneste sistema, la gente puede anunciar sus demandas, ser escuchados y denunciarlo que les molesta.  Dentro del populismoestán incorporados los sectores antes excluidos de la política, pero no respetalas normas y los procedimientos de la democracia liberal.

Rechaza lasmediaciones de la democracia representativa y busca canales de comunicacióndirecta entre el líder y su pueblo.  A la vez que elpopulismo se presenta como revolucionario ante el orden existente, busca lareconstrucción más o menos radical de un nuevo orden (Laclau, 2005). En estesentido, una de las primeras definiciones sobre el populismo, se pueden tomardesde este autor, quien en define a esta forma de gobierno como “(…) a aquellaforma de rearticulación de las identidades dislocadas que las inscribe en undiscurso que divide la totalidad de lo social en dos campos políticosantagónicos” (1987: 29) Otra definición, puede seraportada por Rodrigo Borja (2008), quien define al populismo como una desordenadamovilización de masas, “un arrebañamiento”, sin brújula doctrinal. Enunciándolo como la antítesis de la democracia, pues en ella la participacióndel ciudadano es consciente y reflexiva, en tanto en el populismo es emotiva,arremolinada, exaltada.

 Extrapolando los dos conceptos,lo que desprende del populismo son personas, que actúan como estructuras, lamasa, dejando de participar en cuanto a individuos como tal. De esta forma, lasdemandas dislocadas se hacen generales, por consiguiente, el líder populista seidentifica con sus denuncias de exclusión y pobreza y promete ofertas de cambiode status quo para las mayorías.En este marco, autores como Gino Germani (1971) enmedio de su análisis del populismo, presenta tres modelos con los queidentifica el análisis del populismo:1.      Elpopulismo como etapa de modernización2.      Elpopulismo ligado a la crisis y cambio3.      Elpopulismo y su respuesta ante las masas desorganizadasEl primer punto que plantea este autor, ha sidodescartado dado que el fenómeno o esta forma de gobierno o de acceso algobierno, no es una constante reforma, planteada como fenómenos de largaduración.

Los dos siguientes puntos que Germani plantea a lo largo de suestudio, permiten comprender los neopopulismos del siglo XX y XXI. Siendo deesta forma que el segundo punto analiza la respuesta del populismo ante situacionesde crisis y, por ende, emergente cambio. El tercer punto, presenta procesosdonde los ciudadanos son vistos como masas, pero en estado libre.

 Como referencia de estudios sobreel accionar populista en la región, se encuentra que en  Suramérica personajes como Getulio Vargas enBrasil,  Juan Domingo Perón en Argentina, Jorge Eliécer Gaitán enColombia,  Víctor Raúl Haya de la Torre en el Perú, Luis Ignacio Lula DaSilva en Brasil, Hugo Chávez en Venezuela y  José María de Velasco Ibarraen  Ecuador, encabezan la lista como los líderes populistas másreconocidos del continente por su efecto multiplicador a través de los mediosde comunicación. En el populismo se vereflejado una clara inclinación por una forma directa de democracia, y, portanto, rechaza a la democracia representativa siendo esta “inauténtica” o”artificial” (De la Torre, 2007; Roberts, 2007). El ideal democrático populistano se ha desvanecido, sino que continúa marcando la vida política de varios  Esta forma de gobierno se contrapone a unaidea de democracias representativas, que es un fenómeno de la modernidadoccidental (Gerrnani, 1979, Citado por De la Torre, 2007).  En esta línea el autor Carl Schmitt (1982),diferencia dos tipos: un ideal de democracia directa versus la representativa donde”el ideal democrático busca estableceruna identidad no mediada entre gobernantes y gobernados. La representación, encambio, presupone un sistema de mediaciones políticas que hacen imposible dichoproceso de identificación entre gobernantes y gobernados”.  En este concepto, se puede decir se acuña laidea de una relación más directa con el gobernante.   Por ello, la literatura denota que laidentidad populista representa una reacción política en contra del régimenoligárquico y el concepto de democracia liberal aplicado por estos.

De estaforma, la esencia del populismo se encuentra en establecer un vínculo directode comunicación entre el líder y el pueblo, precisamente el concepto de”pueblo” es el eje fundamental para el líder populista. Guillermo Q’Donnell(1973), sostiene que, en buena parte de la región las identidades de la mayoríase forjaron más como pueblo que como ciudadanía.  La etapa de construcción de la voluntadpopular no se refiere a un complejo proceso de intereses y opiniones, más bien,depende exclusivamente de las habilidades que el líder posea para conducir ymovilizar a los sectores populares. En este punto, el poder ejecutivo debeestablecer formas de comunicación directa con el pueblo. Tanto las elecciones,los medios de comunicación, las movilizaciones y actos de aclamación al líderse convierten en instrumentos que juegan un rol imperativo dentro de losregímenes populistas produciendo una polarización política, puesto que afianzanlas relaciones de confianza y unión entre el líder y la masa.  En el caso del discurso, se convierte enun instrumento necesario para los líderes populistas. Éste se realiza en base auna separación de la sociedad en dos rumbos, causando enfrentamientosantagónicos entre ellos.

El discurso debe tener la finalidad de generarpasiones e identidades fuertes que dividen a la sociedad entre el pueblovirtuoso encarnado en el líder y sus enemigos que han dañado a la patria.  El objetivo del discurso político según elescrito español Junco Álvarez “esimpulsar a la acción, son menos útiles las argumentaciones cuidadosamentetrabajadas que los efectos estéticos, las imágenes impresionantes y lasapelaciones emotivas”.  La finalidad del discurso político es deentretener, divertir, crear empatía entre el líder y sus seguidores, pero,sobre todo, hacerle sentir al pueblo que están frente a la única solución desus males. Los discursos son elaboraciones colectivas también porque loslíderes responden a las acusaciones y descalificaciones de sus rivales(Ostiguy, 2007).  Más allá de esto, existe el componenteestructural sobre el cual se asienta este sistema. Según Kenneth M.

Roberts (2007), en su artículotitulado “El resurgimiento del populismo latinoamericano”, el populismo seconsidera como la reacción política orientada a fortalecer el principiodemocrático mayoritario. Por otro lado, en el régimen populista no se encuentrapresente la rendición de cuentas y la idea de derechos, pues dichosinstrumentos son vistos como la limitación gubernamental que protegen a lasminorías y debilitan la voluntad popular. Para este autor, el populismo en la región,son representadas como flujos, correspondientes a la interacción socioeconómicay política, con instituciones que abren o cierran espacios de diálogo oconsenso. De esta forma, se generan espacios propicios generalmente para laaparición de outsiders, como planea Roberts. De esta forma para él, “las olas populistas deberían, entonces,suceder durante períodos de crisis institucionales, ruptura o transición; enlos que las instituciones políticas establecidas pierden la capacidad decontener o canalizar la movilización política popular”. En esta línea autores como Alain Touraine,afirman que el populismo se convierte en “el reinado del pueblo”.

  Es por esto que imponer la voluntad de lasmayorías sobre las minorías, aun cuando se necesite violar la institucionalidadya antes existente, es la base por la cual se rigen los regímenes populistas.  Catherine M. Conaghan (2005) afirma que,la “democracia delegativa” o el “neopopulismo” comparten ciertos rasgos defamilia con la “democracia populista”, pero no pueden equiparse a la misma. Sinembargo, la ola populista de los últimos años en América Latina ha demostradoque el retorno de formas democráticas propiamente populistas. Comenzando porHugo Chávez en Venezuela, Abdalá Bucaram y Rafael Correa en Ecuador, EvoMorales en Bolivia y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, debido a susdiscursos y comportamiento político son fieles ejemplos que existe más afinidadcon la idea clásica de populismo en el continente.

 Por su parte, y rompiendo con el esquema anteriormentedicho, Ernesto Laclau (2005), visualiza nociones positivas ante la presenciadel populismo. De esta forma considera los populismos actuales como unsaludable momento de ruptura política. Este populismo, según dicho autor, es larenovación política del continente puesto que remueve estructuras políticasobsoletas.  En este marco, donde el populismo sepresenta como estructural, discursivo, como sistema de gobierno o de acceso alpoder, resulta importante revisar dos aspectos de la literatura que ahondansobre la relación ciudadana con este modelo. Completando este análisis con lanoción primeramente utópica sobre la cual se asienta un planteamiento populistay seguida por una noción de corte “espiritual”.  Para Laclau, los estudios sobre el populismo,presentan una desilusión investigativa, en el sentido sobre la forma en la quese encierra el tema, dejando conceptos que muchas veces eluden la forma decomportamiento social y la respuesta de este tipo de gobierno. De esta manera,el autor plantea  “¿no sería el populismomás que un tosca operación política e ideológica, un acto preformativo dotadode una racionalidad propia, es decir, que el hecho de ser vago en determinadassituaciones es la condición para construir significados relevantes?” (2005, 32).

En este marco, esteautor lo que platea es al populismo como una representación de lo político.  Para apoyar este proyecto, los gobiernosde corte populista asientan nociones utópicas con las que presentan suestudio.  En este sentido, según MirceaElíade, la política, presenta en la utopía el sentido de lo perdido, fundamentaprácticas y rituales religiosos para alcanzar su propósito. La utopía, porende, se presenta como un proyecto para la realización social, por lo queinspira formas de sociedad y plantea formas de reordenamiento para superarciertas problemáticas y reordenarlos en torno a una idea. Para González Matas,existen tres fases de la utopía: en idea, cuando es sólo deseo (delutopista o del movimiento), planteada en un tiempo puramente futuro; enrealización, donde se explicita la contradicción entre los movimientosrevolucionarios o reformistas y la práctica, que modifica el proyecto, dondeprima el tiempo presente; y la utopía cumplida, que es el resultado si selogra construir algo.

 En ese sentido, Durkheim, Randal Collins(2004), estudian y sistematizan los elementos de los rituales religiosos queexplican el proceso de creación de inter-subjetividades con las personas quellegan a generar “sentimientos de confianza, entusiasmo y el deseo de actuar deacuerdo a lo que consideran como el camino moral correcto” (2004: 42). Estosrituales, buscan que primero la colectividad se sienta parte de un grupo”moral” mejor, diferenciando a dos clases de grupo, y culminando en la “efervescenciacolectiva”.   2.      Populismo en Ecuador La autora FlaviaFreidenberg (2008), en su artículo denominado “El Flautista de Hammelin.

Liderazgo y populismo en la democracia ecuatoriana”, afirma que el populismo enel Ecuador es el resultado de una compleja trama de factores sociales ypolíticos relacionados con la presencia de líderes carismáticos que tienen lacapacidad de producir discurso de fuerte oposición simbólica al orden social.En medio de la investigación deesta autora, sitúa que la inauguración del populismo en Ecuador se dio con JoséMaría Velasco Ibarra quien gobernó entre 1932 y 1972. Por otro lado, ellaafirma que en este proceso la Concentración de Fuerzas Populares (CFP) tambiénjugó un rol importante en la esfera política de ese entonces, liderado por AsadBucaram y en alianza con la Democracia Popular. Por esta coyuntura en 1979 eselecto Jaime Roldós como presidente. De esta forma, se podría decir que estasegunda etapa resultaría la más trascendental; ya que, al morir ambos líderespolíticos, desde 1982 surge el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), el cualestaría liderado por Abdalá Bucaram. Abordando en el primer mandatario ladocumentación presentada por Freidenberg, denota que el éxito presidencial deVelasco Ibarra estaba enmarcado en su presentación como la solución másrentable para las clases dominantes. Sus discursos se concentraban en lapequeña burguesía ecuatoriana, por lo que logró ser electo cinco vecespresidente.  Este mandatario, fue electo bajo su lema “chusmaquerida” el electorado ecuatoriano se expandió del 3.

1% al16.83% de la población. Si bien aún se trataba de un electorado restringido,debido al requisito de leer y escribir que dejaba fuera a gran parte de lossectores populares, el velasquismo se preocupó por incluir simbólicamente aaquellos sectores de la población que no estaban habilitados para votar através de actos y movilizaciones masivas (De la Torre, 2008). Por otro lado, y analizando a AbdaláBucaram, denotó componentes sobre el personaje con el que se introducía alpueblo. De esta forma en su campaña electoral en 1996 presentó su show del”loco que canta y baila”, coreando y cantando junto a grupos musicalesreconocidos, esto creó un ambiente de confianza y empatía con sussimpatizantes. En medio de la euforia Ábdalá Bucaram entraba en compañía de sucandidata a vicepresidente mientras sonaba la canción de su campaña “La fuerzade los pobres”. Durante varios minutos el ex presidente se dedicaba a hacerreír a los participantes, en cantos y bailes.  Bucaram era la encarnación de los sueñosde la gente como jugar futbol con famosos o bailar con modelos.

Él siempreestaba presente en la televisión, radio, prensa; Bucaram actuaba y cantaba enlos medios de comunicación y transformaba los significados de lo que debíadiscutirse en la esfera pública.  Durantesu mandato defendía su plan económico neoliberal, además que fue presidente delClub deportivo Barcelona, él elegía qué jugadores debían ser contratados. Lagente se identificaba con cada una de las acciones de Bucaram, él era la vozdel pueblo.  Otra característica de lospopulistas es que muchas veces se los tacha de demagogos como fue el caso deLucio Gutiérrez, puesto que el triunfo electoral no se lo debe propiamente a sucarisma personal sino al manejo de un discurso en el que confesó habercomandado al grupo de coroneles que luchó contra Jamil Mahuad. A diferencia de estos líderes políticos,Álvaro Noboa, en la campaña presidencial del 2006, se dedicó a repetir un mismoguión, luego se presentaba un show artístico y finalmente se regalabancomputadoras, medicinas, sillas de rueda y micro créditos para que las personaspobres pudieran convertirse en empresarios.

A pesar de esto, la percepción delas personas era que Noboa tan solo realizaba actos desesperados para comprarvotos. Según Flavia Freidenberg, su campaña presidencial, ha sido consideradapor muchos, como “demostraciones largas y aburridas de la caridad de un rico”. En la misma línea, nace del 2008 al 2017un outsider a la política ecuatoriana, representando muchas de las formas conlas que el populismo de Velasco y Bucaram se identificaron. Con cantos quecreaban sentimiento de solidaridad y emblemas de que “la patria ya es detodos”, Rafael Correa se presentaba como un ciudadano común y como el personajemás capacitado para eliminar a la “partidocracia”.

 Rafael Correa y sus actos masivos en lacampaña presidencial del 2006 dieron la percepción de que el proyecto propuestopertenecía a los ecuatorianos, que era un proyecto compartido “la revoluciónciudadana” que terminaría con la “partidocracia”. Sus ideas desde la tarimaeran simples y claras, además de que tenía un efecto movilizador de masasimpresionante. También coreaba canciones populares junto con sus simpatizantes.Rafael Correa no perdía la oportunidad de sonreír al público femenino, abrazara los niños, bailar música indígena y divertirse. Desde el poder el presidente ha forjado sucarisma a través de dos estrategias políticas: la campaña permanente y losenlaces de televisión que se transmiten todos los sábados del año.

Estasestrategias permiten construir su figura como el primer habitante de la”revolución ciudadana” y como la de un ser extraordinario que pese a lasconspiraciones permanentes ha logrado triunfos casi impensables. El presidenteconstantemente ha ganado elecciones en la que se pone en juego la futuraemancipación de continuar con el “cambio” o “volver al pasado”. Correa fue el presidente ecuatoriano quemás elecciones ha ganado en un corto lapso, superando a Velasco Ibarra.

Despuésde asumir el poder en enero del 2007 Correa ganó las elecciones por el sí en elreferéndum para llamar a una asamblea constituyente en abril del mismo año.Luego sus candidatos obtuvieron la mayoría absoluta en la asamblea enseptiembre del 2007. Se aprobó la nueva constitución en septiembre del 2008 yen abril del 2009 fue electo presidente por segunda vez en una sola vueltaelectoral y su movimiento obtuvo una mayoría en el Congreso, ahora llamadaAsamblea Nacional Constituyente.  La aparición del líder es esencial en lascampañas. Comparando a todos los candidatos presidenciales expuestosanteriormente, se refleja una clara diferenciación de sus acciones y unaposible respuesta del por qué la gente se sintió identificados con ellos. Elescritor español Álvarez Junco lo explica así, “el ídolo de masas se dejaconducir por sus oyentes, prestándose a repetir o subrayar aquello que tiene éxito”. El líder tiende a realizar bromaspopulares incorporándolos a sus propuestas de campaña.

Los rituales políticosproducen sentimientos de solidaridad y configuran emblemas y marcadores deidentidad partidista y de adhesión a un líder. La intención es que lospartícipes se enfoquen en la figura del líder, lo consagren y lo deifiquen comosi fuese una persona fuera de lo común (Collins, 2004).  Por ejemplo, el eslogan de la campaña deBucaram de 1996, “¡Un solo toque!”, fue incorporado en sus discursos políticosy se trataba de un grito popularmente utilizado en el fútbol.  A pesar de su arrolladora movilizaciónpopular, los líderes populistas no suelen cumplir con las expectativas en lagestión gubernamental. Considerando la relación de contradicción entre elpopulismo y la democracia, argumentando que el primero atenta contra elsegundo; mientras que, por otro lado, se destaca la capacidad de cambio de lasreglas y del sistema político en su conjunto que estos movimientos poseen,ampliando la participación y extendiendo los derechos de los ciudadanos. Elmanejo de poder de un líder populista en un sistema democrático puede llevar auna mayor ampliación de las estructuras y las prácticas democráticas, tambiénpuede conducir a una dictadura o a un régimen que limita los derechos políticosde los ciudadanos. (Freidenberg, 2008)No siempre un líderpopulista busca edificarse bajo los parámetros de la democracia. Muchas veceslos mismos personajes que están en una tarima siendo ovacionados por el pueblo,ratificando su poder, son los responsables de las luchas entre los poderes delEstado, el quebranto de los derechos políticos básicos, del monopolio de podero incluso de la transición de un régimen democrático a una dictadura debido ala fuerte polarización que acompaña al populismo.

El individuo, al creerse y hacer creer atodos que es la representación de los valores de todo el pueblo, y en nombre deeste, lleva acción política a través del funcionamiento de las institucionesque disciplinan la convivencia democrática. Incluso, el líder ve a estasinstituciones como unas trabas para que la voluntad popular, a la que élrepresenta, se pueda expresar libremente. Al sentirse presos en lainstitucionalidad buscan romper estas barreras, como lo hizo el ex presidenteAbdalá Bucaram en su momento y Rafael Correa.  Aunque el populismo genere la idea deincorporar a todo el puedo, Francisco Panizza en su artículo llamado “Fisurasentre el populismo y democracia en América Latina”, afirma que el populismoecuatoriano, como otros, es anti-individualista, colectivista y antiliberal entérminos políticos porque divide a la sociedad a través de su distinción,maniquea entre sectores populares y oligárquicos (Bucaram) o entre políticatradicional y nueva política (Correa), bajo un discurso de confrontaciónsocial.    Espor esto que el afianzamiento de un liderazgo populista en un régimendemocrático puede empeorar la crisis de representación ya antes existentepuesto que se convierte en una barrera para que cada uno de los ciudadanos dela nación pueda castigar o gratificar a los políticos dependiendo de susresultados y méritos que alcancen o de su comportamiento y acciones comoopositores; acciones que constituyen las bases de un régimen democrático. 

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